Presentación del Libro «Socioantropologá de la inmigración subsahariana «por Mbaye Baye Masse en Casa África, Las Palmas de Gran Canaria.
Con frecuencia, los informativos abren con imágenes de personas africanas hacinadas en cayucos, a la deriva, ahogadas en el mar o llegando deshidratadas a las costas de países europeos. Este enfoque mediático simplifica y omite la complejidad de los movimientos migratorios dentro de África. Un claro ejemplo es el corredor de Rosso, Nuakchot y Casablanca, donde los migrantes subsaharianos no solo no están de paso, sino que contribuyen activamente a la integración socioeconómica local.
Una vez en Europa, los migrantes siguen contribuyendo a la riqueza de sus países de acogida. Prueba de ello son noticias como esta, en la que se afirma que el 10 % de los ingresos a la Seguridad Social en España proviene de los extranjeros, lo que lleva a que cada vez se oiga con más intensidad y en más foros que «España necesita a los migrantes para poder sobrevivir».
Esta afirmación es un arma de doble filo, pues si bien aplaca las voces que ven a los migrantes solo como consumidores de servicios y no como generadores de recursos, también nos arriesga a dejar de ver al migrante como persona y verlo solo como mano de obra barata, lo que conlleva a esta otra realidad, la de la explotación.
